lunes, 24 de septiembre de 2007

Demos gracias (Democracia)




“El pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo”. Es una sentencia asumida, pero una mala excusa para conservar las reliquias de la era franquista que con su altanera arrogancia siguen mancillando los rincones de España. Una simple estatua, no muy grande, en la que una madre llorara a un hijo muerto y una inscripción dedicada a las víctimas del franquismo sería suficiente. Por lo demás, el enorme mausoleo del dictador en su Valle de los Caídos Nacionales (véanse las mayúsculas), construido con el sudor y la sangre de los derrotados, es un insulto a la inteligencia y un atentado a las libertades más atroz que las balas de ETA o incluso que la palabras de la COPE.

Y si esto fuera poco, España sigue poseída por el demonio de la iglesia católica que llevó bajo palio al infame general y aún intenta convencernos de las ficticias traiciones de los que, medio amedrentados, intentan seguir el camino de la democracia.

No es raro que el término “democracia” nos confunda. Hemos visto al Tío Sam repartir democracia por el mundo con el estruendo de Irak y la libertad de Guantánamo.

Hemos visto al PP, en nombre de la democracia, ilegalizar a un partido vasco por su relación con un grupo terrorista que, a pesar de las numerosas muertes causadas, son menor número que las penas de muerte que firmo su presidente o los padres de muchos de sus miembros. La excusa fue no condenar el terrorismo, pero no he visto al PP condenar al terrorismo de estado del general Franco (y aquel si daba miedo de verdad), ni crear iniciativas para compensar a los españoles por aquella trágica etapa de la que muchos de ellos fueron beneficiarios. A veces, creo que el franquismo mató en este país algo más que personas… Algún día hablaremos del genocidio de los valores democráticos.

¿Dónde está el pueblo que clama justicia?… arrellanado en un sofá viendo “la tele” y comiéndose un plato de alfalfa prestado por su banco al precio de cerrar la boca (“¡Come y calla!”).

¿Dónde está la libertad?... de vacaciones en el bolsillo de un desesperado por viajar a las islas Caimán o bañándose en el sudor de un trabajador ilegal.

Acomodados, aburguesados y con las orejeras puestas, destinadas a incomodar al vecino de enfrente y a todo aquel que levante la voz clamando justicia, libertad, igualdad, “Estatut” o cualquier otra cosa que suene a verdadera democracia.

En que colegios habrán estudiado estos indignos hijos de sus padres para olvidar que es la justicia, la libertad y la solidaridad y han prostituido todas las palabras para dar cobertura a sus beneficios. Ahora ya todos son Proxenetas de las Palabras.

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